Max Verstappen pisó fuerte en Austin y se llevó una enorme victoria en medio de un momento muy complicado para Red Bull. La repentina partida de Dietrich Mateschitz impactó a todos dentro de la escudería y le rindieron el mejor de los homenajes.
Con la cabeza enfocada en conseguir el Campeonato Mundial de Constructores, Max Verstappen volvió a entregarle una nueva victoria a su público y la escudería austriaca. De todos modos, no todo fue tan alegre en su pasada por Estados Unidos.
Aparecer en este lado del continente y hacerse con una victoria, era un gran anhelo que quería concretar Red Bull. En la vuelta 36 de la carrera, Max Verstappen no pudo ocultar su enojo ante los mecánicos, quienes lo retrasaron en su salida y por dicho motivo Christian Horner intervino para que todo no pase a mayores.
“Precioso, eh, precioso”, es la frase sarcástica que utilizó Max Verstappen para reprocharle a Christian Horner, quien tuvo que recibir un duro descargo tras su respuesta: “Tranquilo que hay un largo camino por recorrer”. Claro que las palabras que utilizó el director de Red Bull Racing estuvo lejos de calmar al neerlandés y volvió a contraatacar en sus palabras.
“No necesito que me digas eso, ya se que me retrasaron”, gatilló Max Verstappen muy ofuscado por la situación que le tocó vivir con Christian Horner. Este tipo de roces en medio de una carrera, dónde las pulsaciones están en otro nivel, es muy común que se presenten y las escuderías tratarán de entenderlo, siempre y cuando sea en el marco del respeto.
Cómo quedó todo para Verstappen
Luego de ese cortocircuito, que a priori no habría dejado ninguna consecuencia negativa, a Max Verstappen y Christian Horner se los vio unidos y festejando la victoria.
Pensando en el Gran Premio de México, ahora llegará el momento de saber si Horner indica a Verstappen para que ayude o no a que Checo Pérez se consagre en su país.